viernes, 3 de abril de 2015

Actividad física y bienestar subjetivo



Cada vez existe más evidencia cientí fca acerca de los efectos bene ficiosos de la actividad física y el ejercicio, tanto desde el punto de vista físico como psicológico, considerando a la actividad física como una parte importante de un estilo de vida saludable. 

En diferentes estudios clínicos y observacionales o de intervención se ha indicado que existe cierta relación entre ejercicio físico y salud psicológica, siendo ésta bastante compleja de estudiar. Diversos estudios han puesto de mani fiesto que la práctica regular de actividad física produce un aumento de la autocon fianza, sensación de bienestar y mejora del funcionamiento cognitivo.


En este sentido, Okun y Stock (1987) se re fieren al estado del bienestar como un continuo dinámico de la experiencia subjetiva de la vida del individuo sustentado en el equilibrio entre lo positivo y lo negativo de su existencia.

Se podría añadir que los estudiosos del bienestar psicológico piensan que los indicadores sociales
por sí solos no pueden de nir la calidad de vida (Diener et al., 1999). Sánchez-Bañuelos (1996), desde una vertiente más psicológica, señala que este concepto se asocia con una variada serie de parámetros, algunos de carácter muy general, como la sensación subjetiva del bienestar o de satisfacción con la vida; y otros de un carácter más concreto como pueden ser los estados de ánimo y el nivel de ansiedad. 

La salud no es sólo el buen funcionamiento orgánico, ni el éxito social, ni cualquier otro estado positivo aislado del individuo.
Es más bien una combinación de todos ellos. 
El enfoque holístico del concepto de salud vislumbra las dimensiones físicas, mentales, sociales, emocionales y espirituales de manera interdependiente e integradas en el ser humano, el cual funciona como una entidad completa en relación al mundo que le rodea (Gordon et al., 1999; Hahn y Payne, 1999). 

El modelo holístico abarca aspectos psicológicos, mentales, emocionales, sociales y ambientales (individuales/comunitarios).

Enfatiza que cada persona tiene la capacidad y la responsabilidad de optimizar su sentimiento de bienestar y de promover y mantener la salud. 

Lo relevante de la nueva concepción de salud: aceptación de que en el estado de salud están implicados factores personales, grupales, sociales y culturales que son determinantes, tanto en el origen como en el mantenimiento, evolución y pronóstico del proceso de enfermar.

Calidad de vida, bienestar subjetivo, satisfacción vital, bienestar social son todos ellos por tanto términos que se relacionan con cierta frecuencia, por lo que es necesaria la clari ficación del concepto como científicamente válido y mejores instrumentos para medirlo.
Aunque intuitivamente podemos saber lo que el término signi fica, existen di cultades asociadas a la hora de operacionalizar los conceptos para realizar su medición.
En la actualidad sigue la controversia, aunque se han alcanzado algunos puntos de consenso, y parece
razonable asumir que tanto la salud como el bienestar se basan en procesos fisiológicos, psicológicos y sociales, y en cómo los experimentan los sujetos. La complejidad de la naturaleza interrelacionada de estos procesos di ficulta separar las dimensiones especí ficas para establecer relaciones con la actividad física.

El concepto de bienestar juega un papel primordial en las teorías sobre la personalidad, proporcionando una línea base desde la que abordar los trastornos psicopatológicos por parte de los especialistas. 

Como tópico en sí mismo, se re fiere a las actitudes y comportamientos que mejoran la calidad de vida y nos ayudan a llegar a un estado de salud óptima (Donatell et al., 1999), por tanto tendría una dimensión básica y general que es subjetiva y estaría compuesta por otras dos dimensiones: una centrada en los aspectos afectivos-emocionales (estados de ánimo del sujeto) y otra centrada en los aspectos cognitivos (evaluación por parte del propio sujeto de su satisfacción con la vida). 

En de finitiva, el bienestar psicológico es un amplio conjunto de factores que incluyen las reacciones emocionales de las personas y los juicios globales de satisfacción personal con la vida de cada uno. Es un proceso activo dirigido a mejorar nuestro estilo de vida en sus diversos aspectos: calidad de vida, funcionamiento e ficiente, capacidad para ejecutar de forma productiva y a niveles satisfactorios.
Aunque a menudo se ha equiparado el término bienestar con el de salud mental, en la actualidad la mayoría de los investigadores consideran que el término bienestar implica un énfasis en la percepción
del individuo o sentido global del yo, grupos o comunidad.
El término implica que hay más salud que la ausencia de trastorno o enfermedad. Por otra parte, la salud psicosocial se considera como un término muy amplio y holístico, que incluye dimensiones mentales o psicológicas, y sociales o interpersonales, así como la interrelación entre todas ellas. Se
ha utilizado con cierta frecuencia el término “salud emocional” para hacer referencia a las dimensiones  psicológicas y sociales y así poder distinguir entre salud mental y bienestar mental.

Por tanto, el bienestar ha de considerarse como un fenómeno multidimensional determinado por la experiencia subjetiva, que visto así se podría comprender su importante papel en la salud. 

Sin embargo, aunque la salud puede contribuir a tener niveles elevados de bienestar, la salud o la ausencia de ella no implica necesariamente un bienestar general, lo que signi fica que se puede experimentar bienestar, independientemente de que el sujeto se encuentre enfermo o saludable. Se considera que tiene cuatro componentes generales:
a) bienestar emocional (estado y rasgo de ansiedad, estrés, tensión, depresión enfado, confusión, energía vigor, fatiga y optimismo);

 b) autopercepciones (autoeficacia, autoestima, autoconcepto, imagen corporal, forma física percibida, sentimiento de maestría y locus de control); 

c) bienestar físico (dolor y percepción de síntomas físicos), 

y d) percepciones globales tales como la satisfacción con la vida y el bienestar global.

Se trataría de un concepto teórico que incluiría las ideas de contento y felicidad. Pero incluso esta definición no es completa, ya que deja abierta la cuestión de qué es el contento o la felicidad. El contento puede ser de finido como la propia satisfacción con la situación de uno. 

De finiciones más formales se han dado en el caso de la felicidad, que puede ser considerada como el grado de optimismo acerca de la propia vida y de lo que va a ser en el futuro.

 La felicidad es una evaluación afectivamente orientada del bienestar que re fleja la preponderancia de los sentimientos positivos sobre los negativos (Diener, 1984).

El bienestar subjetivo está muy relacionado con sentimientos de satisfacción con la vida, la familia y el trabajo, de tal manera que es difícil separarlos.

 La satisfacción con la vida hace referencia al grado de contento de un individuo con respecto a cómo se ha desarrollado su vida. 

En general, se de fine como una valoración global que la persona hace con su vida, comparando lo que ha conseguido con sus logros, con lo que esperaba obtener, sus expectativas.

Los estudios realizados en el ámbito de la Psicología desde un punto de vista conceptual y con finalidades teóricas, han relacionado la satisfacción con la vida con variables psicológicas como la extraversión, la introversión, el neuroticismo, la autoestima, la euforia, la disforia, la sociabilidad y los sentimientos de soledad y felicidad (Atienza, 2000).

Rejeski y Mihalko´s (2001) a firmaron que una mayor satisfacción con la vida no depende únicamente
de la mejora del funcionamiento diario y la e ficacia, ya que hay gente en general que, aún admitiendo que tienen un funcionamiento físico limitado, aun así, mostrarse satisfecho con su vida en general. 

Consecuentemente, aquellas personas mayores que dan poca importancia a su funcionamiento físico pueden expresar más satisfacción con su estado funcional que aquellos otros que también tienen limitaciones funcionales pero que dan una gran importancia a este aspecto. 

Por tanto, la ausencia de los efectos del ejercicio con respecto a la satisfacción con la vida en poblaciones sin trastornos clínicos puede deberse a un alto nivel de satisfacción con la vida y también a una falta de sensibilidad ante los pequeños cambios en los instrumentos utilizados para medir el grado de satisfacción con la vida. 

Los estudios sobre la satisfacción con la vida
se han situado mayoritariamente en el contexto general de la investigación sobre el bienestar subjetivo y sus componentes claramente diferenciados, y que han seguido líneas de investigación paralelas: por un lado, los juicios cognitivos sobre satisfacción con la vida, y por otro, las evaluaciones afectivas sobre el humor y las emociones (Diener y Lucas, 1999).

Las investigaciones sobre el bienestar subjetivo han ido evolucionando y el principal interés de los investigadores ha sido discernir aquellas variables que mejoran o perjudican el bienestar psicológico de una población especí fica mediante la utilización de medidas ya existentes; en estos estudios el bienestar se considera el resultado de una medida particular o conjunto de medidas. 


Al principio se centraban en correlacionar el bienestar con características sociodemográ ficas tales como edad, sexo, salud, etc, utilizando los mismos métodos que se utilizaban para investigar sobre
la enfermedad. 

En la actualidad están más enfocadas a conocer los procesos que subyacen al bienestar utilizando
cada vez métodos más precisos.

Considerando todo lo expuesto con anterioridad y de acuerdo con diversos autores (Diener et al., 1999), el bienestar es un área general de interés científico y no una estructura especí fica que incluye las respuestas emocionales de las personas y los juicios globales de satisfacción con la vida acordes a sus propios criterios. Así, el término se re fiere a lo que las personas piensan y sienten acerca de sus vidas y a las conclusiones cognoscitivas y afectivas a las que llegan cuando evalúan su existencia. Lo central sería entonces la propia evaluación que la persona hace de su vida.



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