Establecimiento de Objetivos y Visualización
El Runing y otros deportes individuales requieren de un gran control
mental; sobre todo en carreras donde tenemos que mantener nuestro nivel de
rendimiento por 3, 4 o 5 horas. En estos momentos y previo a ellos es
importante llegar bien preparado no sólo a nivel físico y técnico sino
también a nivel psicológico. En este sentido, entrenar la capacidad de
visualización y entender la importancia que posee plantearse objetivos y
monitorizar cuáles son nuestros progresos es crucial al momento de la
competición.
Por un lado, los objetivos están en la
base de la motivación. Si tenemos en claro hacia dónde vamos y por qué
queremos llegar allí, el esfuerzo “sale solo”. Además, los objetivos son
como mojones que señalan el sendero y nos indican nuestro progreso.
Establecimiento de objetivos y monitorización del progreso
Establecer objetivos dirige los esfuerzos
y las energías de un deportista a lugares específicos, facilitando la
concentración y la motivación, así como la reducción de la ansiedad
durante las prácticas y las competiciones. La clave es establecer
objetivos efectivos y específicos que no sólo sean conocidos sino que además cuenten con mecanismos de
seguimiento y evaluación.
Los objetivos de trabajo pueden ser de 3 tipos:
a)
objetivos de resultado, se centran en buscar determinados resultados en
competiciones (Ej. ganar alguna competencia determinada);
b)
objetivos de rendimiento, basados en la búsqueda de cambios y/o mejoras
en el rendimiento (mejorar el tiempo en 10k) y;
c)
objetivos de proceso, donde el foco se coloca en ciertos cambios
procedimentales que facilitarán la mejoría en otros aspectos (Ej.
mantener el peso adecuado para estar en equilibrio al momento de las
salidas).
Se recomienda, para que un objetivo sea
efectivo, que el deportista se encuentre comprometido, que
los objetivos sean realistas, específicos, medibles, personales,
atractivos y que se establezcan objetivos de largo, corto, diarios y de
mediano plazo.
Una técnica utilizada para esto es
plantearse 5 objetivos (técnicos, tácticos, físicos, psicológicos,
etc.), de esos 5 elegir 3 para finalmente elegir uno para el día de
práctica. El resto de los objetivos no deben necesariamente
desestimarse, pueden dejarse para el resto de los días de la semana en
función del orden de prioridad que se le fue dando en el proceso de
selección. Esto ayuda a que el entrenamiento y la práctica tengan un
propósito.
Visualización
La visualización es una herramienta
cognitiva a partir de la cual el deportista crea y recrea mentalmente
una determinada situación y/o golpe como si
estuviese ocurriendo. A partir de esta herramienta, un deportista no
sólo puede entrenar y mejorar su rendimiento sino que también, al ser
controlable, el deportista puede manipular ciertos aspectos de la imagen
tanto para anticipar problemas y generar soluciones como para imaginar
un rendimiento esperado en situación deportiva.
La visualización puede ser interna, es
decir, como si uno estuviese realizando una acción (un putt, por
ejemplo) o externa, como si uno estuviese mirándose a sí mismo realizar
una acción (como si fuese una película).
A su vez, la visualización activa, a
nivel orgánico y cerebral, los mismos músculos que se activarían
realizando la acción imaginada. Es decir, la visualización es un trabajo
no sólo visual sino kinésico y puede trabajarse utilizando los diversos
sentidos corporales.
Las funciones de la visualización son:
afectar el aprendizaje de habilidades y el rendimiento, modifican
cogniciones y regulan la activación fisiológica y, por último, la
ansiedad.
Técnicas
1 – Una posible manera de entrenar la
visualización es imaginar una escena habitual de la ruta de la carrera, por
ejemplo imaginar el kilometro uno y realizar una descripción lo más detallada
posible de qué están viendo, como por ejemplo, cómo se ve el asfalto,
cómo están ubicadas las curvas, cuáles son las secciones rapidas o lentas dentro de
la ruta , qué sonidos escucha, etc.
2 – Otro modo de entrenar la
visualización es mediante la práctica , por ejemplo.
Se pone el énfasis en la relajación y en el “sentir” la zancadas mientras
se escucha el accionar . Esta estrategia reduce la
dependencia que algunos deportistas tienen en su sistema visual o en su
control cognitivo de su cadencia de zancada.
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